El cantante de 16 años en la pasada entrega de los Kid’s Choice Awards, donde no negó su autógrafo a las fans.
David Cato, como muchos padres de familia con hijas preadolescentes, no acaba de comprender el amor que su hija Grace, de 12 años, profesa sin reparos por el cantante juvenil Justin Bieber.
“Cada quien tiene a su predilecto”, afirma Cato. “Ella está prendida de Miley Cyrus, pero esto de Justin Bieber es un nuevo nivel. Él literalmente ha cautivado el corazón de las chicas”.
¿Será su cabello? ¿Es su rostro angelical y dientes perfectos? ¿La atractiva letra de sus canciones como ‘Baby’ y ‘Una Chica Menos Sola’? Bien, es todas esas cosas, afirman las niñas mayores.
Empero, lo más importante es que la ‘Biebermanía’ abunda porque el chico, de 16 años, es accesible a sus seguidores, tanto poéticamente (‘Me identifico con sus canciones’, dice la niña Caneel van Nostrand, de 12 años) como virtualmente, ya que tiene más de cuatro millones de seguidores en Twitter y a menudo escribe tweets sobre sitios que visita.
“Muchas estrellas dicen que sólo tienen citas con gente famosa, pero Justin afirma que saldría con alguna seguidora”, manifiesta Caneel.
De hecho, gran parte de la ‘Biebermanía’ no tiene tanto que ver con su música, sino con su estilo juguetón y lleno de vida, según Sara Howard, de 12 años y compañera de Caneel.
“Su música es buena, pero no fenomenal”, dice Sara.
Grace, concuerda, y añade: “Él es simpático con sus seguidores. Interactúa con ellos y aprecia las cosas que hacen por él”.
Ésa es un enorme razón por la cual ella ‘chatea’ sin parar sobre su ídolo con sus amigas, acude a sus conciertos, lo sigue en Twitter y Facebook, lo ve en TV y YouTube y, por supuesto, tiene cubiertas las paredes de su cuarto con carteles de su almibarado rostro. Con seguridad estará entre las seguidoras que leerán su próximo libro y verán su película bibliográfica en 3D que se rumora se estrenará el año entrante.
Recientemente, el amor de Grace por Bieber alcanzó nuevo nivel: Ella y su grupo de amigas cambiaron sus nombres de Facebook con el suyo. Grace Cato se convirtió en Grace Bieber.
Y ahí es cuando intervino su padre. “Yo le dije ‘No Grace, esto ya llegó demasiado lejos’”, recuerda Cato, quien se manifiesta sorprendido de que su hija esté tan absorbida por el juvenil cantante. “Ella es muy talentosa, y muy poco seguidora de modas, en mi opinión”.
Pero, como bien sabe Amber Rigsby, la ‘Biebermanía’ puede contagiar a cualquiera. La representante de relaciones públicas ya hizo público su enamoramiento de un menor de edad.
“Primero fue un gusto adquirido. Yo pensaba ¿quién es este chiquillo?”, dice. “Pero antes de darme cuenta, a mis 26 años, cuando iba conduciendo buscaba en la radio sus canciones, atacada por la fiebre Bieber”.